Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Reyes 17, 2-15

2 Hizo el mal a los ojos de Yahveh, aunque no como los reyes de
Israel que le precedieron.

3 Salmanasar, rey de Asiria, subió contra Oseas; Oseas se le sometió y
le pagó tributo.

4 Pero el rey de Asiria descubrió que Oseas conspiraba, pues había
enviado mensajeros a So, rey de Egipto, y no pagó tributo al rey de Asiria,
como lo venía haciendo cada año; el rey de Asiria lo detuvo y lo encadenó
en la cárcel.

5 El rey de Asiria subió por toda la tierra, llegó a Samaría y la asedió
durante tres años.


6 El año noveno de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaría y deportó a
los israelitas a Asiria; los estableció en Jalaj, en el Jabor, río de Gozán, y
en
las ciudades de los medos.

7 Esto sucedió porque los israelitas habían pecado contra Yahveh su
Dios, que los había hecho subir de la tierra de Egipto, de bajo la mano de
Faraón, rey de Egipto, y habían reverenciado a otros dioses,

8 siguiendo las costumbres de las naciones que Yahveh había arrojado
delante de ellos.

9 Los israelitas maquinaron acciones no rectas contra Yahveh su Dios,
se edificaron altos en todas las ciudades, desde las torres de guardia hasta
las ciudades fortificadas.

10 Se alzaron estelas y cipos sobre toda colina elevada y bajo todo
árbol frondoso,

11 y quemaron allí, sobre todos los altos, incienso, como las naciones
que Yahveh había expulsado de delante de ellos, y cometieron maldades,
que irritaban a Yahveh.

12 Sirvieron a los ídolos acerca de los que Yahveh les había dicho:

«No haréis tal cosa.»

13 Yahveh advertía a Israel y Judá por boca de todos los profetas y de
todos los videntes diciendo: «Volveos de vuestros malos caminos y guardad
mis mandamientos y mis preceptos conforme a la Ley que ordené a
vuestros padres y que les envié por mano de mis siervos los profetas.»

14 Pero ellos no escucharon y endurecieron sus cervices como la
cerviz de sus padres, que no creyeron en Yahveh su Dios.

15 Despreciaron sus decretos y la alianza que hizo con sus padres y las
advertencias que les hizo, caminando en pos de vanidades, haciéndose ellos
mismos vanidad, en pos de las naciones que les rodeaban, acerca de las que
Yahveh les había ordenado: «No haréis como ellas.»